Las personas esquizofrénicas pueden experimentar distintos síntomas que van a variar de una persona a otra, sin embargo ninguno de éstos es específico de la enfermedad. Se suelen clasificar en dos categorías:
- En primer lugar están los síntomas positivos, que son rasgos nuevos que se añaden a la vida del individuo por motivo de la enfermedad y que por lo tanto no aparecen en personas sanas. Se trata de delirios, alucinaciones y alteraciones en el curso del pensamiento que provocan un estado de confusión que posiciona a la persona entre la realidad y lo imaginado.
- Los síntomas negativos son rasgos de la personalidad que se pierden y que están relacionados fundamentalmente con el estado de ánimo y las relaciones sociales. Pueden afectar al comportamiento ( apatía, falta de energía...) o a la afectividad (dificultad para expresar sentimientos o experimentar interés ...). Las consecuencias son la pérdida de interés en el desenvolvimiento de cualquier actividad y dificultad para mantener relaciones emocionales. Es común que la persona se aísle por motivo de la presencia de los síntomas o incluso por el simple temor al rechazo.
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